Mercedes-Benz Un biplaza soñado y más racional

Affalterbach es una población de construcciones bajas y calles tranquilas. Está en las afueras de Stuttgart, Alemania, y nada hace pensar que lo que se encuentra en su geografía sea una de las fábricas de coches deportivos más impresionantes del mundo.


Allí tiene su sede AMG, la división de autos de alta performance de Mercedes-Benz. Y es en ese mismo sitio que acaba de presentar una novedad esperada. Se trata del GT, que será una de las mayores atracciones del próximo Salón de París, a celebrarse en la capital francesa en octubre próximo.
Con este auto, el segundo desarrollado enteramente por ella, AMG intenta poner al alcance de más gente la impronta conseguida con el SLS “Alas de gaviota”, una de las cupés biplaza más hermosas de los últimos tiempos. Tenía con qué, porque a su vez heredaba los genes de aquella otra preciosura de la marca alemana de la década del cincuenta.
El AMG GT es más racional y menos idealista. Sí, sabemos que cualquier mortal diría que este coche es justamente lo menos racional que se pudiera encontrar y también, por qué no, bien podría ser uno soñado. Pero hay que ponerlo en el contexto comparativo con el SLS. Ése sí que es algo de otro mundo.
Esta novedad quiere darle pelea al Porsche 911, por ejemplo. Lo hace con dos versiones del mismo motor biturbo. Es un V8 4.0 de 462 CV de potencia y 650 Nm de torque para el GT y de 510 caballos y 600 Nm para el GT S. La disposición es delantero-central, apenas por detrás del eje anterior, en un auto que logra una distribución de pesos que podría catalogarse como perfecta (es cierto que en esto no existe la perfección), de 47% adelante y 53% atrás.
Con 4.560 mm de largo y una distancia entre ejes de 2.630 mm, esta cupé es de tamaño mediano. Su estructura de aluminio asegura un peso lo más reducido posible, que ronda la tonelada y media. Así, la versión S del GT es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos, siendo su velocidad máxima de 310 km/h. El otro no se queda atrás, pero es apenas más lento (304 km/h como tope) y tiene menos reacción (tarda 4 segundos en llegar a 100 km/h desde detenido).
El GT hereda del SLS su transmisión secuencial de doble embrague AMG Speedshift, de siete marchas. Por supuesto que la potencia va aplicada a las ruedas traseras, como buen deportivo hecho y derecho, pero no escatima a la hora de incluir sistemas electrónicos. Ejemplo de ello es el denominado AMG Ride Control, que permite cambiar los reglajes de la suspensión entre tres modos. Otros son opcionales, como el AMG Chassis Controller.
Por dentro se aprecia un diseño también atractivo, con mucho cromado, costuras de los tapizados en contraste, volante y butacas deportivas, y una enorme consola central que se termina llevando todo el protagonismo. Son lujos que los diseñadores pueden darse en autos para solamente dos pasajeros. Para el equipaje hay suficiente espacio también, porque los 350 litros de su baúl alcanzan y sobran. Pero ¿quién querría llevar valijas en un auto como éste?





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